Queridos hermanos:
La fidelidad al Evangelio de Jesucristo y la situación religiosa actual nos urgen, de manera más apremiante cada día, a impulsar una nueva evangelización con un gran esfuerzo misionero que dé prioridad al primer anuncio del Evangelio y a la llamada a la conversión personal. De esta manera, la misión de la Iglesia tiene como modelo de evangelización a Jesucristo nuestro Señor, el más grande evangelizador, que enviado por el Padre cumple con la misión de anunciar la Buena Nueva e implantar el Reino de Dios.
Nuestra Iglesia cambiará profundamente, si encontramos bautizados que se identifiquen con Jesús, asumiendo como modelo de la Iglesia, el modelo de Jesucristo; convirtiéndose en discípulos-misioneros, de ahí que, mientras más formados sean nuestros agentes de pastoral, mayormente podremos responder al mundo y sus desafíos.
“Aunque ciertamente, la parroquia no es la única institución evangelizadora, si es capaz de reformarse y adaptarse continuamente, seguirá siendo «la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas». Esto supone que realmente esté en contacto con los hogares y con la vida del pueblo, y no se convierta en una prolija estructura separada de la gente o en un grupo de selectos que se miran a sí mismos. La parroquia es presencia eclesial en el territorio, ámbito de la escucha de la Palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la adoración y la celebración. A través de todas sus actividades, la parroquia alienta y forma a sus miembros para que sean agentes de evangelización. Es comunidad de comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando, y centro de constante envío misionero.” (EG 28).
Es en la parroquia en donde se concretiza y se realiza más plenamente la “Pastoral de Conjunto”, es decir, una pastoral articulada, en donde todo el Pueblo de Dios es corresponsable; una pastoral integral, que abarque todas las dimensiones de la acción eclesial y una pastoral que llegue a todos los sectores y ambientes. Necesitamos ser una comunidad cristiana de servidores.
El presente plan de vida de la Parroquia “San Ignacio de Loyola” es el camino que se ha delineado para trabajar en la misión evangelizadora de la Iglesia, como discípulos y misioneros de JESUCRISTO. Animémonos e impulsemos nuestro quehacer pastoral desde donde estemos. El único camino para lograr nuestra meta es el del Espíritu de Jesús, que acompaña, sirve, anima, etc., especialmente desde los más pobres y vulnerables.
Agradezco a todos nuestros servidores de los diversos grupos parroquiales, que día a día entregan su vida por la causa del Evangelio. Dios, por la interseción de San Ignacio nuestro patrono y de nuestra Madre la Virgen Dolorosa del Colegio, lleve a feliz término este plan de vida comunitario.